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Kofi Annan quiere definir los nuevos objetivos de la ONU tras la guerra fría

Bill Clinton y su próxima secretaria de Estado, Madeleine Albright, hicieron ayer encendidos elogios del ghanés Kofi Annan, cuya designación por el Consejo de Seguridad como el próximo secretario general de la ONU constituye un gran éxito diplomático para Estados Unidos, un país que no ha dudado en hacer en este asunto toda una demostración de la fuerza que le otorga su condición de única superpotencia mundial. El pasado viernes, Francia, que se oponía a Annan por considerarlo el candidato de EE UU y por la mala calidad de su francés, dio su brazo a torcer al encontrarse completamente aislada en Nueva York, por lo que este ghanés de 58 años de edad fue investido formalmente como único aspirante a la secretaría general.Los representantes de los 185 países de la Asamblea General de la ONU ratificarán el nombramiento el próximo martes. Annan es el primer secretario general procedente del África subsahariana y también el primero surgido de las filas de la burocracia de la ONU. Ayer declaró que su principal tarea consistirá en "definir los objetivos de Naciones Unidas en el mundo surgido del final de la guerra fría". Washington, no obstante, tiene otros deberes para él: la reducción drástica de personal y de los gastos de la organización.

Pese a ser el candidato apadrinado por EE UU, Annan ha sido bien recibido por la mayoría de los miembros de la ONU. Incluso Francia ha aceptado deportivamente su derrota y ha reiterado que nunca ha tenido nada personal contra el ghanés. Éste quiso ayer limar las últimas asperezas al declarar: "Francia se ha portado muy bien; ningún francés ha dicho nada contra mí; adoro la cultura francesa".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 15 de diciembre de 1996