Un hombre armado se atrincheró ayer, sin tomar rehenes, en una iglesia céntrica de Ginebra tras haber herido en las piernas al párroco y al sacristán. El suceso ocurrió en la sacristía después de celebrada la misa. La policía tenía anoche rodeado el templo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 15 de diciembre de 1996