La situación financiera de ETA es "buena", según diversas fuentes de la lucha antiterrorista, que señalan que en esa apreciación coinciden los expertos de la policía, la Guardia Civil y el Cesid. Estos medios sospechan que "hay mucha gente" que paga el llamado impuesto revolucionario, lo que constituye uno de los principales ingresos de la banda, junto con los secuestros y el entramado de empresas- tapadera.Altos cargos de Interior ponen en duda que ETA sólo pagara a José Luis Urrusolo una asignación mensual de 25.000 pesetas como publicó ayer Abc, que agregaba que ese dato permite suponer que la organización "no está sobrada de dinero o destina mayores sumas a otros frentes".
Medios policiales señalan que la red empresarial de ETA asentada en Francia y con ramificaciones en México y Venezuela es una "saneada" fuente de financiación, junto con los 2.000 millones obtenidos a través de los dos últimos secuestros (el del del industrial guipuzcoano José María Aldaya y el del ingeniero Julio Iglesias Zamora).
Otro dato que analiza la policía es que los comandos detenidos durante 1995 y 1996 disponían de fuertes sumas de dinero, en ocasiones de hasta dos millones. Esto hizo sospechar a los expertos que Urrusolo había impuesto en la organización su criterio de dotar a los comandos de suficiente liquidez económica para evitar así la precaria situación que él mismo sufrió cuando estuvo en 1992 al frente del comando Madrid.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 20 de enero de 1997