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CARTAS AL DIRECTOR

Preguntas

Soy una señora de 44 años, madre de familia y maestra-psicóloga de profesión. Llevo tres años en la cárcel de cristal de mi casa debido a una intervención quirúrgica de ambos pies que me ocasionó tales dolores que neutralizan la función de los mismo.Parece ser que este tipo de operación, que me practicó uno de los mejores cirujanos, es obsoleta para otros profesionales consultados posteriormente, pero ninguno me lo quiso manifestar por escrito. No dejo de hacerme estas preguntas:

- ¿Quién me compensa los daños morales que padezco al privarme de ser o ejercer medianamente como madre y esposa, y anulada profesionalmente, cuando la prepotencia de este profesional no le permite ni siquiera reconocer su responsabilidad?

- ¿Quién me aporta todos los gastos económicos (masajistas, acupuntura, plantillas, taxis, etcétera) que esta invalidez me está suponiendo?

Y lo más grave y determinante:

- ¿Quién es el responsable de que se permitan técnicas médicas que conllevan un alto riesgo de fracaso por las secuelas que dejan?

¡Basta ya! ¡Hagan ciertas cosas bien!-

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 1 de febrero de 1997