Marja, una prostituta de la ciudad sueca de Malmöe, en el extremo sur del país, ha escrito una carta a la ministra de Asuntos Sociales, Margot Wallström, solicitando sus buenos oficios para que pueda jubilarse aun sin haber cumplido la edad reglamentaria de 65 años. Marja señala a la ministra que el ejercicio de su "profesión" ha empeorado en Suecia en los últimos tiempos, ya que la mayoría de sus clientes fijos han muerto y además por la competencia juvenil. "Personalmente, escribe, pienso que a los 50 años una está terminada en esta profésión". Con 58 años cumplidos, Marja ha sobrepasado ese límite. "He preguntado a la Caja de Seguros", dice, "si me podría jubilar, y la respuesta fue que para ello habría que cambiar la ley". Por ello apela a la ministra y le pregunta si un acuerdo con los demás países de la Unión Europea no ayudaría a resolver la cuestión. Marja, que ejerce su oficio desde los 16 años, adquirió notoriedad en 1982 cuando las autoridades fiscales le exigieron que pagara impuestos. Para poder pagar a su abogado debió seguir ejerciendo su profesión, aunque ya no estaba en edad de hacerlo. "El Estado no puede convertirse en chulo", dijo en esa oportunidad.- ,
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 10 de febrero de 1997