Desde una actitud crítica, al igual que un considerable número de personas en nuestro país (cuyo aumento progresivo es muy deseable) leo, oigo y veo la generalidad de los medios de comunicación.Esa actitud crítica nos hace comprender que todo el mundo tiene un plumero. Pero la valoración de nuestra inteligencia exige que la profesionalidad de los medios intente disimularlo. Tal intento beneficia siempre la inalcanzable objetividad. Que los medios que dirigen Anson y Pedro J. Ramírez, por ejemplo, hayan ondeado y ondeen al viento, tan groseramente, sus plumeros, no les autoriza a ustedes a publicar ahora editoriales como Fuera máscaras o Cascos, protector.
Si ustedes apuestan a largo plazo, no sólo beneficiarán al país, sino que, seguramente, harán un buen negocio editorial.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 10 de febrero de 1997