El Compostela consiguió salir de Las Gaunas manteniendo los tres puntos que le separan de estar, incluido entre el grupo de equipos que luchan por eludir los puestos de descenso. Un peldaño aún demasiado alto para un Logroñés que lo intentó hasta el último minuto, a base de un juego borroso, en el que las individualidades suben y bajan el ritmo del equipo de forma vertiginosa. El empate final supone un primer fracaso del colectivo que dirige Aimar, que no se cansó de recordar durante la semana dé la trascendencia de la victoria.El esquema del argentino, engranado a marchas forzadas durante este último mes, con una presión muy arriba, en la cancha del contrario, pronto fue burlado por el Compostela. Los santiagueses dominaron durante los primeros 30 minutos con la titularidad de tres delanteros: Ohen, Penev y Manuel. Al cuarto de hora, Ohen adelantó al Compostela en un despiste de la defensa. 15 minutos después, Fernando Vázquez deshizo su táctica inicial, volviendo a un once más conservador.
Las individualidades posibilitaron el empate riojano sobre el descanso. El fútbol local, con ello, subió enteros. El uruguayo Rubén Sosa tuvo dos espléndidas oportunidades para deshacer el empate, pero en las dos ocasiones se encontró con Falagán.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 17 de febrero de 1997