Sentado en el sillón de su casa, el Manchester se proclamó ayer campeón de la Liga inglesa. No jugaba (lo hizo el lunes, empató a tres goles con el Middlesbrough), pero sí lo hicieron sus perseguidores, que tropezaron. El Liverpool perdió en el campo del Wimbledon (2-1) y el Newcastle empató en su visita al West Ham (0-0). La distancia de puntos del Manchester sobre sus rivales (4 sobre el Liverpool y seis sobre el Arsenal) hace imposible ya un cambio de líder. Al ya campeón le quedan por jugar dos encuentros y a sus dos adversarios, sólo uno. El Manchester United conquista el título por cuarta vez en los últimos cinco años.Las ilusiones del Liverpool empezaron a derrumbarse al filo del descanso de su visita al Wimbledon: gol de Jason Euell (m. 43). Holdsworth marcó la sentencia a los 55 minutos. El tanto de Owen (m. 74) no sirvió de nada. La lucha en la Liga inglesa se centra ahora en la segunda plaza. Liverpool (67), Arsenal (65) y Newcastle (64, y un partido menos) compiten por ella.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 7 de mayo de 1997