La primera fotografía presenta, en pavoroso blanco y negro, las entrañas de Santander al día siguiente del incendio que en 1941, en una calurosa noche de viento sur, arrasó 12.000 casas del centro de la ciudad; la última ofrece una panorámica en color del caótico desarrollo urbano arriba y al fondo de las playas de El Sardinero. Se trata de un libro con medio centenar de fotografías sobre el crecimiento de Santander, hermosamente editado por los hermanos García Barredo para celebrar el 50º aniversario de la fundación, por su padre, Dionisio, de la librería Estudio. Aquel modestísimo comercio de 30 metros cuadrados surgido, junto a otros pioneros, sobre las cenizas a que redujeron las llamas las viejas Atarazanas santanderinas, es hoy, además de varias librerías, una valiente editorial de asuntos cántabros. El libro de ahora, en edición no venal, se titula Huellas de una ciudad, e incluye fotografías de Samot, Arribs, Roisin, Domínguez y Francisco, entre otros-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 16 de mayo de 1997