Los niños de la foto acudieron ayer, junto a otras decenas de miles de personas, a celebrar el día grande de las fiestas de San Isidro en la pradera del patrón. Hubo, como siempre, colas para procurarse un trago del agua milagrosa de la ermita, y tenderetes, puestos, chotis, chulapos y raciones de gallinejas. El buen tiempo animó a la gente y la pradera se llenó como nunca.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 16 de mayo de 1997