"¡Aprovechada, no le sobes tanto, que el santo es de todos!". Así recibieron ayer en Alcobendas (83.000 vecinos) la imagen de san Isidro, patrón de la localidad, minutos antes de la procesión: entre besos, caricias y rostros devotos. Unas 3.000 personas se reunieron en el pinar que lleva el nombre del labrador para realizar la tradicional romería, con bendición de campos y misa de campaña incluidos.Y es que san Isidro se labró una leyenda en Alcobendas. Cuenta la historia que el santo agricultor se paraba a rezar en las iglesias del pueblo debido a su gran devoción por la virgen de la Paz, patrona del municipio. Al final, san Isidro acabó por lograr igual título y fue venerado por los fieles.
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Según los vecinos más devotos, el santo "da a raudales". Sólo hace falta pedirle. "Me concede salud y trabajo para mis hijos. Vengo a la romería desde hace 19 años y nunca me ha fallado", aseguraba Juana Alvarez, de 60 años, mientras se procedía al rito de acicalar al santo. Rosas en una mano; en la otra, espigas bendecidas del año pasado y verdes de esta cosecha, y un racimo de habas colgando de la muñeca -símbolo de los frutos del campo- y pétalos de rosa por doquier.
Para rematar la jornada, los vecinos engulleron 280 kilos de magro de cerdo aderezados con 20 kilos de ajos, y bebieron varios centenares de botellas de vino extremeño, todo ello cortesía de la Casa de Extremadura de la localidad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 16 de mayo de 1997