No parece extraño que un alcalde quiera pasar a la posteridad por su buena labor a favor del pueblo que lo eligió. Pero que pretenda hacerlo como modelo de arte religioso es bastante más raro. Después de muchos años en la alcaldía del municipio tinerfeño de Santiago del Teide, Pancracio Socas, de Coalición Canaria, se ha olvidado por un momento de los asuntos terrenales y ha querido ganarse el cielo dejando su imagen reflejada para siempre en el municipio. Desde el pasado domingo, el rostro de Socas, iluminado por la llama simbólica del Espíritu Santo y con uno de sus dedos indicando hacia el cielo, se puede ver como parte integrante del retablo pictórico que preside la recién inaugurada iglesia de Los Gigantes. En la inauguración del templo por parte del obispo de Tenerife, Felipe Fernández, pocos se dieron cuenta del parecido que tenía una de las figuras del cuadro con el rostro del alcalde. Uno de ellos fue el secretario del PSOE local, Francisco Martín, que no podía dar crédito a lo que veía. La sorpresa inicial se convirtió en incredulidad cuando se percató de que, junto a la cara pintada del alcalde, estaban la de su mujer, la cara del cura párroco y la de la autora de la obra, todos ellos en situación mística y con la llama del Espíritu Santo sobre sus cabezas. Todo esto ha llevado al PSOE, actualmente en la oposición municipal, a pedir explicaciones al alcalde. Según los socialistas, Socas siempre ha tenido arrogancia y ha creído que Santiago del Teide es su finca particular. Pero aparecer en el cuadro principal de una iglesia es ir demasiado lejos con su vanidad y, según el PSOE, utilizar la religión con fines políticos. "A ver si después de mandar tantos años en Santiago del Teide se va a creer Dios y acaba mandando también en el cielo", dice Martín.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 22 de mayo de 1997