Para el escultor minimalista Donald Judd, los "diques, carreteras, puentes, túneles, almacenes y otras numerosas estructuras útiles constituyen lo esencial de los mejores objetos visibles hechos este siglo".
Opinión que un ingeniero, Fernández Ordóñez, no comparte o matiza: "No existe el Picasso de la ingeniería del siglo XX; no existe quien lo abarque todo en tipologías, materiales, invenciones y procedimientos constructivos".
Mientras la creación artística en este fin de siglo XX parece totalmente demortada, abocada a un callejón sin salida, la creación de los ingenieros testimonia continuidad y coherencia.
Los visitantes del Pompidou corresponden, por una vez, al ideal pluridisciplinario del centro, y tanto pueden extasiarse ante la belleza de una bóveda como ante la explicación técnica sobre cómo lograr levantarla. Arte y utilidad dejan de estar reñidos, como no lo estuvieron durante siglos.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 1 de julio de 1997