El constructor alemán Jürgen Schneider reconoció ayer ante la Audiencia de Francfort haber recurrido a maniobras dolosas para obtener créditos bancarios, aunque acusó a los bancos de no haber revisado suficientemente sus solicitudes de créditos.Schneider, de 63 años, realizó estas declaraciones al comienzo del juicio que se sigue contra él por estafa y quiebra fraudulenta. El constructor fue el protagonista de la mayor quiebra inmobiliaria de la historia económica de Alemania. Schneider huyó de su país el 7 de abril de 1994, tras dejar deudas por valor de 5.400 millones de marcos (casi medio billón de pesetas) con. 50 bancos distinos.
El empresario y su esposa, Claudia, fueron detenidos en Miami (EE UU) el 18 de mayo de 1995 y extraditados a Alemania casi un año más tarde.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 1 de julio de 1997