La altura de las cotizaciones en el mercado español hace que los nervios de los inversores estén a flor de piel y que los movimientos sean un tanto convulsos. El gancho de la posible entrada de dinero procedente de la deuda especial mantuvo caliente al mercado durante algunas horas, justo hasta que Wall Street se dio la vuelta y, con una caída en vertical de 100 puntos desde el nivel más alto del día, demostró que en EE UU hay algunos problemas pendientes con los tipos de interés.En general existe consenso en aquel mercado sobre la repetición de los tipos de interés en la reunión que el Comité del Mercado Abierto de la FED -el banco central estadounidense- celebrará mañana y pasado, pero los inversores no las tienen todas consigo. Wall Street cerró con ligeras pérdidas. El índice Dow Jones quedó en 7.672,79 puntos, con un retroceso de 14,93 (0,19%).
Los inversores españoles, con muchas ganancias acumuladas, temen las consecuencias de los bandazos de Wall Street y también decidieron retirarse, sobre todo porque el volumen de la jornada no indicaba nada fuera de lo normal en cuanto a la entrada de dinero en el mercado.
La contratación fue de 137.551 millones de pesetas, con algo más de 10.000 procedentes de dos aplicaciones sobre el 0,5% del capital de Iberdrola. La contratación es alta, pero no lo suficiente como para mover los precios bajo su presión.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 1 de julio de 1997