En el ciclismo suenan las estrellas e incluso los gregarios durante las etapas o los lanzadores en las llegadas. Los líderes se llevan la fama y los segundos alguna que otra mención cuando trabajan para sus jefes o al escaparse. Y, poco más. Pero los aguadores, los supergregarios que llevan los bidones a todos los compañeros, o de todo, casi nunca. Neil Stephens (en la imagen), del Festina, es uno de ellos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 11 de julio de 1997