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Sevilla da la espalda a los festejos de promoción

En la noche del pasado jueves se celebró en la Real Maestranza de Sevilla el segundo festejo de promoción de los cuatro programados para el presente mes de julio, y se confirmó que los aficionados han dado la espalda a estos espectáculos a causa, fundamentalmente, del alto precio de las entradas.La empresa Pagés, que dirige Diodoro Canorea, ha suspendido el tradicional abono para las cuatro novilladas por la mitad del precio de taquilla; de este modo, los precios oficiales oscilan entre las 2.500 pesetas el tendido de sombra, 1.200 el de sol, y las gradas, entre 1.500 y 1.000 pesetas. Con esta decisión, se han cerrado las puertas a numerosos aficionados, especialmente jóvenes, que han acudido en otras ediciones de forma masiva a este ciclo de jóvenes promesas.

El pasado jueves, día 10, repitió actuación Lozano en sustitución de Salvador Cortés, que estaba anunciado a pesar de no tener la edad reglamentaria. Lozano no pudo triunfar como el primer día porque los erales de Martelilla fueron grandes y muy deslucidos. Confirmó, sin embargo, sus posibilidades en el quinto de la noche, al que capoteó con sentimiento por verónicas, y ligó dos tandas de naturales de gran sabor torero. Mató mal y todo quedó en una vuelta al ruedo. Javier Castaño, se jugó la vida ante dos novillos imposibles. Recibió cinco espeluznantes volteretas, pero no se amilanó nunca. Estuvo hecho un jabato, derrochó un pundonor extraordinario y, además, demostró que sabe torear. Dio dos vueltas y se ganó merecidamente el respeto de Sevilla. El tercer integrante del cartel, el rondeño Cándido Ruiz, está aún muy verde, se mueve mucho y se mostró muy desconfiado.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 12 de julio de 1997