Como intelectual comprometido que es, Jorge Semprún no eludió ayer pronunciarse sobré la noticia que ha indignado y sobrecogido al país durante los últimos días. "Puede afirmarse con toda propiedad que ETA es un movimiento totalitario", dice Semprún. "No sólo porque ejercite la violencia, real e ideológica, sino porque es una minoría que se autoatribuye el papel de intérprete de la voluntad popular".El escritor aprecia una importante novedad en la reacción ciudadana contra la última acción etarra: ha sido altamente espontánea y ha contado con una gran participación juvenil. Ello le hace albergar la esperanza de que el propio pueblo empiece a aislar cívicamente a HB y a las fuerzas sociales y políticas que "sustentan y mandan de verdad en ETA".
También le toca su parte al nacionalismo democrático. "Algunos dirigentes del PNV deben salir de la ambigüedad, dejar de hablar de 'los chicos de ETA y empezar a llamarles lo que son: criminales, pequeños nazis que no tienen nada que ver con el pueblo vasco".
Semprún recuerda con amargura que, aún hoy, muchos escritores franceses siguen viendo en el etarra la figura tópica del héroe romántico y siguen incurriendo así en una apología, siquiera indirecta o inconsciente, del terrorismo en el País Vasco. Los gobiernos franceses, piensa el escritor, nunca se han implicado lo suficiente en este asunto por miedo a que la violencia pudiera extenderse al País Vasco francés.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 15 de julio de 1997