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TODO EL PUEBLO CONTRA ETA

Apoyo masivo de los ciudadanos a la paz

Unanimidad para aislar a HB, mientras el país se paralizó en protesta por el asesinato de Miguel Ángel

Miguel Ángel Blanco Garrido, el concejal del PP de la localidad vizcaína de Ermua asesinado el sábado por ETA, fue enterrado ayer en su pueble natal tras los funerales oficiados por el obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez, y, presididos por don Felipe de Borbón. Asistieron el presidente del Gobierno, José María Aznar; los tres ex presidentes de la democracia -Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo Sotelo y Felipe González-; el lehendakari, José Antonio Ardanza, y una multitud que acompañó el féretro hasta el cementerio. Poco antes de cerrar el nicho, Marimar, la novia de Miguel Ángel, colocó sobre el ataúd las baquetas con las que éste tocaba la batería cada fin de semana en su grupo de música. El redoble funeral, solemne, airado, que empezó a oírse el mismo jueves en Ermua, cuando el joven edil fue secuestrado, se fue amplificando cada día hasta sonar exasperado y unánime por todo el país. Sus vecinos lo habían acompañado desde el primer minuto y acabaron por lograr que España se desbordase al anochecer. Millones de personas abarrotaron Madrid, Barcelona, Valencia, A Coruña... y otra vez Ermua, como para cerrar el gran réquiem. Las baquetas de Miguel Ángel lograron el más grandioso concierto popular de la historia reciente de España. Un concierto ensordecedor contra ETA y HB. El presidente del Gobierno, por la mañana, pidió que se les aísle, política y socialmente. A mediodía, mientras el obispo de Bilbao confirmaba en el funeral que el clamor "no ha sido inútil", España quedó en silencio casi en cada calle, en cada fábrica, en cada centro de trabajo. Por la tarde, el Pacto de Madrid se reunió en el Congreso. Gobierno y 13 partidos refrendaron los acuerdos que el domingo adoptó el Pacto de Ajuria Enea, insistieron en la necesidad prioritaria de imponer la más estricta cuarentena a HB y acordaron elaborar un calendario de reformas legislativas que permitan una lucha más eficaz contra las conductas de apoyo al terrorismo, que ahora quedan impunes o son de difícil tipificación.

Millones de españoles apoyaron ayer en la calle la rebelión de los vascos contra ETA y su brazo político, Herri Batasuna. "La conciencia de los españoles ha salido a la calle". El rey Juan Carlos subrayaba así, al filo de las nueve y media de la noche, en unas declaraciones transmitidas por Televisión Española, lo ocurrido en la gran jornada de funeral y protesta que protagonizó todo el país. Acababan de concluir en Madrid y Barcelona dos gigantescas manifestaciones que agruparon a cerca de dos millones y medio de personas. Las concentraciones de repulsa se repitieron en toda España con los mismas manos alzadas y los mismos gritos, resumidos en uno que aún se escuchaba anoche en la madrileña Puerta del Sol, cinco horas despúes de terminada la manifestación: "ETA, escucha, así es como se lucha".Desde el pasado jueves, cuando ETA secuestró al concejal Miguel Ángel Blanco, la respuesta popular ha arrastrado de forma imparable a los políticos. Ermua, el pueblo de la víctima, ha estado en la calle -casi sin metáfora- de forma permanente y desde allí se ha. ido extendiendo una marea incontenible que el sábado desbordó Bilbao- para pedir a ETA la liberación del secuestrado. Ayer una auténtica galerna barrió España de norte a sur, de este a oeste.

Durante la jornada laboral, los paros de cinco minutos se multiplicaron por toda España. En Euskadi, la parada fue de una hora y tuvo un seguimiento masivo, casi total. Incluso los vehículos que circulaban por las calles pararon de forma espontánea en muchos puntos, como en el Paseo de la Castellana, en Madrid. En Barcelona encabezó la marcha el propio presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, y en, Madrid lo hizó el presidente del Gobierno, junto a sus tres antecesores en el cargo: Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo Sotelo y Felipe González.

Ardanza y Atutxa, en Madrid

El gesto político de unidad en el repudio al terrorismo lo brindó la presencia en la manifestación de Madrid del lehendakari, José Antonio Ardanza, y del consejero de Interior del Gobierno vasco, Juan María Atutxa.La periodista Victoria Prego se dirigió a la multitud y puso voz a ese propósito unitario al afirmar que la Euskadi libre es la Euskadi nuestra, la que vive en democracia y en paz" y la que defiende al pueblo frente a sus verdugos".

Además, subrayó la idea expresada a lo largo de estos días, en el sentido de que puede haber un antes y un después del asesinato de Miguel Angel Blanco: "Hoy las cosas han dado un vuelco radical, puede que histórico". Prego animó a todos "desde la más profunda de las convicciones democráticas, desde la convivencia pacífica" a ir "a por ellos, porque somos infinitamente mejores", dijo. "A por ellos. Porque basta ya", remachó.

El Pacto de Madrid se había reunido por la tarde en el Congreso de los Diputados. A difencia de convocatorias anteriores hubo una sola voz al conluir: la del ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja. Éste presidió la reunión con asistencia de trece partidos políticos, desde el PP hasta el Bloque Nacionalista alego, Esquerra Republicana e Catalunya o el Partido Independentista de Cataluña.

Todos los parlamentarios hicieron portavoz a Mayor Oreja para comunicar que se proponen aislar políticamente a HB y que han decidido elaborar un calendario de reformas legales que ermita llevar al Código Penal tipos más eficaces para luchar contra las conductas de apoyo al terrorismo.

Por la mañana, el Parlamento asco acordó no actuar conjuntamente ni realizar inciativa alguna con el grupo de Herri Batasuna mientras no condene el asesinato de Miguel Ángel Blanco.

La respuesta de la coalición abertzale tuvo el aire desafiante que es habitual en ella. Pese a la evidencia de la respuesta popular n Euskadi y en toda España, sus portavoces acusaron a los partidos democráticos de manipular os sentimientos ciudadanos y se arrogaron con la máxima desfachatez el ser los únicos que han presentado una alternativa de paz. Además anuncian una maifestación para el sábado próximo en San Sebastián.

Los partidos del Pacto de Madrid también mostraron su preocupación por posibles "reacciones viscerales" contra el entorno de ETA. De hecho, durante la ornada de ayer se produjeron algunos intentos de agresión contra militantes de HB en distintos puntos del País Vasco y Navarra y algunas herriko tabernas y sedes de la coalición fueron atacadas después de que manifestantes convocados por Gesto por la Paz fueran insultados. Dos parlamentarios de Eusko Alkartasuna tuvieron que contener a un grupo enfurecido que pretendía asaltar un bar de Vitoria frecuentado por personas vinculadas a HB.

Brindis en la cárcel

En la prisión de mujeres de Brieva, en Ávila, tres internas de ETA brindaron por la muerte de Miguel Ángel Blanco mientras desafiaban con la mirada a una funcionaria. Las presas comunes, según el director de la prisión, han impuesto un aislamiento forzado a sus compañeras etarras, con la que procuran no mantener contacto.El rechazo al asesinato del concejal de Ermua ha alcanzadon dimensión internacional casi esconocida. Los principales peiódicos europeos abrieron su primeras páginas con la noticia, estacando la reacción popular y las condolencias de jefes de Estado, y de Gobierno extranjeros.

Francia, el país más directamente concernido por la presencia en su suelo de activistas etarras, decidió suspender la celebración de la fiesta nacional en la Embajada de Madrid. El embajador, Patrick Leclerq, se sumó a la mifestación popular y el presidente de la República, Jacques Chirac, tuvo tiempo, en medio de la gran fiesta nacional, para hacer unas extensas declaraciones en las que puso de manifiesto u horror por lo ocurrido en España y la voluntad de cooperar en la lucha antiterrorista.

Cuando la manifestación de Madrid concluyó, los organizadores invitaron a los asistentes a la marcha a volver a sus casas. Pero hubo una formidable respuesta de la más noble rebeldía: siguieron allí mientras coreaban "No estamos todos, falta Miguel Ángel".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 15 de julio de 1997