Los socialistas se han agarrado como lapas a los problemas de la autovía a Galicia, en su vertiente norte y sur, para suministrar a Manuel Fraga la medicina que él les recetó cuando ellos gobernaban.Fraga no sólo descifra aún argumentos contra la herencia recibida, sino que soslaya los motivos de queja hacia el Gobierno central de su partido. Su lugarteniente y conselleiro de Política Territorial, Xosé Cuíña, replicaba estos días a las críticas del PSOE lamentando que siempre haya gente que se fija más en el 5% que le queda a la botella para llenarse que en el resto del recipiente.
El propio Fraga entiende lo de Pedrafita y A Gudiña como inconvenientes menores en relación a lo importante: que las obras están mayoritariamente en marcha. Cuíña, sin conocer todos los datos, achacó el último accidente mortal de A Gudiña a un fallo humano. El conselleiro comentó que todos los días suceden siniestros lamentables en autovías europeas y definió a las gallegas como las más avanzadas del mundo. Los directivos territoriales de Tráfico del tramo cuestionado en Ourense respaldan esta versión y critican los excesos de velocidad.
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Pero los vecinos de la localidad, los empresarios y los partidos de la oposición no dan crédito a esos argumentos y piden la reforma del recorrido y la dimisión de los responsables políticos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 16 de agosto de 1997