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Trabajo predice un aumento del paro en los mayores de 40 años

El secretario general de Empleo, Manuel Pimentel, predijo ayer que el número de parados mayores de 40 años aumentará en los próximos años debido a las reconversiones de empresas y a las dificultades de este colectivo para adaptarse a las nuevas tecnologías. Según Pimentel, el Gobierno debe -en contra de su filosofía general- inyectar dinero público para paliar este problema.Los jóvenes han constituido hasta ahora el grupo de edad más castigado por el paro, con cifras cercanas al 40%. Según Pimentel, sin embargo, la continua reducción de la natalidad desde los años setenta, y la mejor capacitación profesional de los jóvenes (que son por ello cada vez más demandados por las empresas) reducirán el problema "hasta niveles razonables" en los próximos años. Simultáneamente, el problema se agravará en los mayores de 40 años.

Pimentel, que intervino ayer en un seminario en la Universidad Menéndez Pelayo, opinó que "en pocos colectivos está tan justificada la inversión pública como en el de mayores de 40 años". Según él, los esfuerzos deben centrarse en políticas activas como la formación, que ayuden al parado maduro a reinsertarse o le orienten para establecerse por cuenta propia. Descartó, sin embargo, "políticas pasivas" como garantizar subsidios o promover prejubilaciones. El Ministerio de Trabajo presentará a final de esta semana un nuevo programa plurianual de empleo -reclamado por la Unión Europea- que abordará estas cuestiones.

También los sindicatos UGT y CC OO presentarán en las próximas semanas un plan de choque a favor de la creación de empleo. Su objetivo es desarrollar algunos aspectos pendientes de los Acuerdos para la Estabilidad en el Empleo y la Negociación Colectiva, como es todo lo relacionado con la organización del tiempo de trabajo, reducción de la jornada laboral y eliminación de las horas extras.

Igualmente, persiguen orientar las políticas macroeconómicas hacia un mayor relanzamiento de la economía, con un incremento de la inversión y el diseño de una política industrial que permita aumentar la capacidad competitiva de algunos sectores, así como el desarrollo de nuevos empleo a partir de necesidades sociales. En la negociación colectiva, la prioridad no serán los salarios, sino el empleo y su calidad.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 2 de septiembre de 1997

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