Prófugo hasta la madrugada de ayer, el ex sargento del Ejército Gregorio Ríos, acusado de ser el instigador del asesinato del fotógrafo de prensa José Luis Cabezas, se entregó a la policía después de que el juez encargado de la causa amenazara con allanar la vivienda del empresario postal, Alfredo Yabrán, de quien el detenido es jefe de seguridad. Cabezas, fotógrafo del semanario argentino Noticias, fue asesinado el 25 de enero en una localidad turística.Con la detención de su guardaespaldas, se estrecha el cerco en tomo a Yabrán, a quien el ex ministro de Economía, Domingo Cavallo, calificó como "jefe de una mafia enquistada en el poder". Aunque Cabezas efectuó la primera foto en muchos años de un empresario obsesionado por el anonimato, Yabrán insiste en que, pese a haberle molestado, por un foto no se mata a nadie. Los móviles del asesinato son todavía confusos. El principal sospechoso de la instigación del crimen, presuntamente ejecutado por un ex oficial de la policía de Buenos Aires con el que tuvo estrecha relación en las fechas investigadas, había eludido el cerco policial establecido por el juez encargado de una causa sujeta a movimientos contradictorios. Según fuentes cercanas al caso, el juez José Luis Machi había firmado ya la orden de allanamiento de la vivienda del barrio porteño donde vive la opulenta familia Yabrán, razón por la cual el empresario habría aconsejado a Ríos que, se entregara a fin de evitarlo. El escándalo estaba servido con la masiva llegada al suntuoso domicilio de legiones de fotógrafos, cámaras de televisión y cronistas. "Hacerme un fotografía es como pegarme un tiro en la cabeza protestó ante la revista que publicó en portada su foto, paseando por una playa con su esposa. Otra presión ensayada para acelerar su entrega tuvo también como objetivo al empresario: "si Ríos no viene al juzgado habrá que preguntarle a su jefe", amagó un colaborador del juez.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 2 de septiembre de 1997