El dueño de la empresa donde trabajan los padres, que tampoco quiso que se citará su nombre ni el de su negocio, garantizó el empleo de ambos: "Yo no los voy a echar si el Gobierno no los echa". Un grupo de familias católicas con las que la familia iraní suele acudir a misa también respaldó el ruego de los niños y de sus padres.El presidente de Prodeni, José Luis Calvo, consideró "un escándalo" que en su situación se les deniegue el asilo y achacó la negativa a la política inmigratoria de la Unión Europea.La familia no está dispuesta a acatar la resolución de Interior, y asegura que no tiene ni documentos ni recursos para emprender un viaje a ninguna parte, que no pueden regresar a Irán y que tienen claro que quieren quedarse en Málaga, donde ya están bastante integrados. La hija mayor, que desea ser traductora y no va por mal camino a tenor de su manejo del español, transmitía la angustia de la familia: "Estamos bien, pero preocupados, porque no sabemos qué va a pasar después del 9 de septiembre". Los cinco hermanos están matriculados en el colegio.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 4 de septiembre de 1997