Son habas contadas. El Levante es un alma en pena que apenas balbucea en este inicio de la Liga. Tres derrotas y eliminado de la Copa. Su presidente, Pedro Villarroel, se reunió tras el partido con sus consejeros para dictar una sentencia inapelable: la destitución del técnico, Emilio Cruz. Sin embargo, se aplazó la sentencia, al menos hasta el lunes.Y ante tanta desesperación, el Éibar hizo su trabajo de manera impecable. Y se llevó los puntos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 14 de septiembre de 1997