Después de cuatro jornadas consecutivas con la meta en alto llega la hora de respirar y de relajarse ante el esfuerzo realizado. La etapa de hoy bordea la cornisa cantábrica y apenas cuenta con dificultades montañosas, con lo que de nuevo puede resolverse al sprint
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 22 de septiembre de 1997