Hace ya más de diez años que alguien tuvo la nefasta idea de soltar algunos gatos en los patios interiores del hospital Clínico de Madrid a fin de ahuyentar a los roedores, estos animales, lógicamente, se han multiplicado, pero no han causado problemas en todos estos años ya que muchos empleados les traían comida y agua y les controlaban.El gran problema ha surgido cuando ha entrado de director gerente un señor que, al parecer, no desea que quede allí ningún gato vivo.
El pasado mes de febrero en vió una circular a los, empleados prohibiendo poner comida y agua a los animales, ahora les ha enviado otra mucho más dura, por lo que el personal tiene hasta miedo de perder su empleo si si gue teniendo compasión de los gatos a los que ha condenado a morir de inanición, ya que no tienen ninguna salida al exterior donde pudieran buscarse la vida.
Podemos entender que no sea el lugar adecuado para que haya gatos, pero al menos debería de llamar a algún centro de recogida de animales para que fuesen trasladados de allí y si han de ser sacrificados que sea de una manera más humanitaria. Existe una Ley de Protección a los Animales en la Comunidad que prohíbe estos crueles métodos.
Por otra parte, nos parece una actitud bastante dictatorial y represiva que a cada persona que circula con un paquete se le pregunte qué lleva y se le tome el nombre, que se apunta en una lista.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 27 de septiembre de 1997