A las puertas del 98, la colección Obra Fundamental, de la Fundación Central Hispano, ha recogido en dos volúmenes la obra fundamental, con el título de Raíces de España, de uno de los escritores más 98 de los que hubo, aunque no formara parte del núcleo esencial: Eugenio Noel. Dos volúmenes que ha prologado y seleccionado Andrés Trapiello, para quien Eugenio Noel "es más del 98 que los propios del 98, el que se lo creyó más".Sin intentar hacer obras completas, la colección Obra Fundamental pretende rescatar lo más importante de escritores que, por una razón o por otra, no tienen una presencia habitual en las librerías. Tras Gastón Baquero, José García Nieto y Sánchez Silva, la Fundación Central Hispano se asoma a la celebración del 98 con un autor más conocido por sus fobias, antitaurino y antiflamenco, y no tanto, quizá, como novelista y, sobre todo, articulista obsesionado por encofrar unos cimientos, los de la España de su época, que en su opinión estaba haciendo agua.
Hombre popular en su tiempo, de visión fundamentalista que recorrió las Españas, pueblo a pueblo, denunciando males y miserias, que murió pobre de solemnidad y que no se cansó de denunciar, como recuerda Trapiello, que "la fibra española se reblandecía con los toros y el flamenco", Eugenio Noel no dudó en sacrificar su vida por la literatura, "una literatura muy desigual la suya", explica Trapiello, "con una cultura de desguace que se excedió en sus campañas anti y que no es, en realidad, lo mejor de él". De hecho, en Raíces de España no se recoge esa vertiente literaria, más conocida, sino "esa visión que tuvo él de España, una visión heredada de Azorín, Machado, Unamuno. Siente profundamente el paisaje y el paisanaje españoles. Es de los que creyeron que España se podía regenerar".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 31 de octubre de 1997