He oído que en Madrid los periodistas que siguen el juicio a la Mesa de HB han visto cómo un juez del Tribunal Supremo se cubría la cara con las manos. Sin duda es algo inaudito, pues hasta ahora tanto en el asunto GAL como en el juicio a los miembros de la Mesa de HB, sólo habíamos observado a los encausados actuando a la inversa: tapándose las manos con la cara. Sí, sí, y algunos, los de cara más dura, intentando el más difícil todavía: lavarse las manos con la cara (o por la cara).Es posible que esté fuera de lugar, por partidista, pedir a los jueces "mano dura" con HB, pero es seguro que, para que haya justicia, la mano de aquéllos deberá ser al menos más dura que la cara de éstos. Eso pone ya el listón suficientemente alto.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 31 de octubre de 1997