El presidente colombiano, Ernesto Samper, trabajó activamente en la VII Cumbre Iberoamericana para sumar apoyos a sus propuestas de pacificación nacional, y, en la iniciativa de mayor impacto, invitó a Fidel Castro a mediar en el conflicto que desangra su país desde hace más de dos décadas y enfrenta a las Fuerzas Armadas y grupos paramilitares con dos guerrillas de antigua data que controlan buena parte del territorio nacional. "Si en mis manos estuviera hacer algo por la paz, como un elemental deber, lo haría. Pienso que es una necesidad para el pueblo de Colombia y para toda América Latina", dijo Castro.
El presidente español, José María Aznar, subrayó que "lo que hace falta ahora es que las voluntades caminen hacia el lugar deseado respetando los cauces institucionales y legales. Por su parte, el secretario de Estado para la Cooperación Internacional y para Iberoamérica, Fernando Villalonga, reiteró la oferta de ayuda de España para alcanzar la paz.
Samper, que se manifestó dispuesto a hablar "hasta con el diablo" para normalizar la vida en su país, pidió al gobernante cubano que participe directamente en las negociaciones y ofrezca alternativas. Los buenos oficios de la isla pueden resultar determinantes ya que es evidente el acceso de Cuba a los jefes guerrilleros colombianos Manuel Pérez, ex-sacerdote español, y Manuel Marulanda Tirofijo, casi de la misma edad de muchos de los milicianos caribeños que hace casi tres décadas lucharon en Sierra Maestra contra la dictadura de Batista.
"Colombia le está explicando a un grupo de países amigos el tema de la violencia en nuestro país, para convocar su voluntad en la búsqueda de un acuerdo de paz y en ese sentido giró mi conversación con el presidente Castro", declaró Samper.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 10 de noviembre de 1997