En España, desgraciadamente, tenemos violencia terrorista, que desde aquí condeno. Cuando se realiza un atentado terrorista sale en todos los medios de comunicación, y corren ríos de tinta con las declaraciones de unos y otros políticos mostrando su indignación y preocupación.Cuando un obrero muere en su puesto de trabajo, muerte que también causa mucho dolor, sufrimiento e indignación, se podría evitar si esos políticos mostraran la misma Indignación y preocupación por todas las muertes injustas. Pero no es así, lo que convierte a estos políticos en cómplices de los que atentan contra la salud y la integridad física de los trabajadores en beneficio de los intereses que facilitan esas muertes, es decir, los de los empresarios.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 10 de noviembre de 1997