Quiero expresar una protesta a favor del llamado "el mejor amigo del hombre", el perro. De un tiempo para acá vengo observando a perros que deambulan sin rumbo -perdidos por los arcenes de carreteras y las calles de ciudades y pueblos-, asustados en su propia desorientación, siendo la mayoría de las veces víctimas de las ruedas de los coches y provocando un gran peligro para los automovilistas. Casi todos tienen algo en común: no llevan collar, de lo que deduzco que han sido abandonados por sus amos.Hago un llamamiento a las conciencias de esos dueños para que se comporten con más sensibilidad humana hacia estos seres vivos que merecen un respeto. Existen establecimientos que los recogen y les dan una nueva oportunidad de ser adoptados. Dejemos a un lado lo que es un hecho, el tópico de que el perro es el mejor amigo del hombre, para que podamos decir algún día, con orgullo, que es el hombre el mejor amigo del perro.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 10 de noviembre de 1997