El mercado de valores español continúa apretando el acelerador en medio de una crisis que, por ahora, es asiática. La necesidad de mantener el valor de las carteras se nota en una contratación que no da la talla, aunque ayer se superaron los 100.000 millones de pesetas. La actividad institucional volvió a ser elevada, con el 25% del total en aplicaciones y una generosa presencia en el mercado.La inversión particular está sorprendida por este avance de la Bolsa, que le permite tomar beneficios plácidamente, aunque ya ayer podían apreciarse algunas dudas, puesto que no sería la primera vez que una defensa a ultranza de las cotizaciones termina en un tirón alcista.
La única justificación posible para esta subida de la Bolsa está en el mercado de deuda, en el que los precios siguieron subiendo hasta conseguir un diferencial histórico con la deuda alemana. El margen entre la rentabilidad española y alemana se situó en 0,33 puntos, aunque la rentabilidad del bono español quedó en el 5,80%, todavía seis centésimas por encima del mínimo histórico.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 27 de noviembre de 1997