El desarrollo de resistencia a las drogas es un gran problema en la terapia del cáncer. Las células tumorales son como objetivos móviles para las drogas anticancerosas porque son genéticamente inestables. Judah Folknan y su equipo, en Boston (EE UU), han descubierto un enfoque que evita este problema al atacar los tumores evitando que aumente el suministro de sangre.Los tumores son completamente dependientes del acaparamiento de los vasos sanguíneos de alrededor para que les suministren los nutrientes y factores de crecimiento necesarios. Según Robert S.Kerbel, que comenta el descubrimiento en la revista Nature, donde se publica hoy, "los tumores sólidos no pueden crecer más allá del tamaño microscópico sin formar nuevos vasos sanguíneos, y permanecen dormidos o incluso sufren regresión si se evita la angiogenesis".
Tras varias rondas de terapia con endostatina, un inhibidor del crecimiento de los vasos sanguíneos, los tumores de los ratones no se hicieron resistentes a este fármaco y además permanecieron con el mismo tamaño reducido durante mucho tiempo después. Este resultado permite cierto optimismo sobre esta terapia, aunque trasladar un tratamiento de ratones a humanos nunca ha sido fácil. Nature News Service.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 27 de noviembre de 1997