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CRISIS EN LOS MERCADOS.

El plan de urgencia japonés no convence a los inversores

La crisis asiática sigue transmitiendo nervios a los mercados. El fuerte descenso de las bolsas de Tokio (5,24%), Hong Kong (3,24%) y Seúl (5,1%) arrastró a las europeas y provocó que Wall Street llegará a perder 268 puntos (3,43%), aunque logró recuperarse desde el punto más bajo y limitar el retroceso a 90,21 puntos (1,15%) El desplome asiático se debe a que los mercados no confían en que el plan de urgencia del Gobierno japonés pueda atajar la profunda crisis económica. Mientras, el director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Michel Camdessus, veía cómo su plan para ampliar el capital de la organización quedaba aplazado por la oposición de EE UU.

El plan de urgencia anunciado por el Gobierno japonés el pasado miércoles (un préstamo al sector financiero de 11 billones de pesetas y una rebaja fiscal de 2,2 billones) no ha sido suficiente para ganar la confianza de los inversores. En cuanto han surgido los primeros problemas, la Bolsa de Tokio y el yen han sufrido el castigo de los mercados.Ayer, el índice Nikkei registró un descenso de 846,80 puntos (el 5,24%), la tercera mayor caída del año. ¿Por qué? El único dato del día que encontraron los analistas para justificarlo fue que el presidente de Toshoku, una distribuidora con 700 empleados, vinculada a los gigantes de la alimentación, anunció la quiebra con un pasivo que puede acercarse al medio billón de pesetas. Por ello, las acciones de la harinera Nishin Flour Milling, la aceitera Honen o la cervecera Asahi registraron cuantiosas pérdidas. El temor ahora en Japón es que la crisis financiera se traslade a las empresas no bancarias y afecte a toda la economía.

Causas externas

Los expertos también achacaron el desplome de la Bolsa japonesa al descenso de 110 puntos que Wall Street registró el jueves. E incluso hicieron referencia a la incertidumbre que ha provocado la elección de Kim Dae Jung como nuevo presidente de Corea del Sur. La Bolsa de Seúl cayó un 5,1 % y la moneda local, el won, un 10%. La Bolsa de Hong Kong tampoco se salvó de la quema y cerró la sesión con un descenso del 3,24%.Sin embargo, ninguna de las razones esgrimidas, ni siquiera la combinación de ellas, explican convincentemente un desplome tan rotundo como el que sufrió ayer un mercado antaño tan sólido como el nipón.

Y no fue el mercado de valores japonés el único que tuvo problemas. El Banco de Japón tuvo que echar mano de sus reservas para comprar dólares y evitar que el yen continuará depreciándose frente a la divisa estadounidense.

Una iniciativa que contó con el apoyo explícito del secretario del Tesoro de Estados Unidos, James Rubin. "Estas acciones", según Rubin, "son las apropiadas". NI Rubin ni otras fuentes del Tesoro quisieron aclarar si Estados Unidos ha ayudado al Banco de Japón en la tarea de sostener el yen.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 20 de diciembre de 1997