Un hombre que secuestró anoche en la capital rusa a un diplomático sueco fue abatido por los disparos de las fuerzas antiterroristas cuando intentaba negociar su escapada. El secuestrador había retenido al diplomático en el coche de éste, amenazándole con una pistola, y exigía un millón de dólares y abandonar el país. Un policía se intercambió por el rehén y poco después sonaron los disparos que mataron al captor. El policía murió de un infarto.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 20 de diciembre de 1997