"El Gobierno no es un órgano al que se pueda hacer funcionar sólo con la lengua". La frasecita es del primer ministro ruso, Víktor Chernomirdin, y le ha hecho ganar el premio Lengua de Oro, sin dotación económica alguna y creado, medio en serio, medio en broma, por el semanario Argumenti i Fakti. El jefe del Gobierno parece pensar de vez en cuando desde algo más abajo de su anatomía de donde debe encontrarse su cerebro, ya que otra de sus citas célebres es la siguiente: "A su debido tiempo, Rusia llegará a ser un euromiembro". Más lapidaria fue, en 1994, su definición de la transición a la democracia: "Esperábamos lo mejor, pero al final resultó como siempre". No le va muy a la zaga el vicejefe de Gobierno Boris Nemtsov, autor de esta otra perla: "Yo no parezco un preservativo". O Alexandr Korzhakov, ex jefe de guardaespaldas del presidente Borís Yeltsin: "Creamos nuestros dioses y éstos orinan, defecan, zampan y beben como cualquiera". O el dirigente ultranacionalista Vladímir Zhirinovski: "¿Qué vuelve locas a las vacas? La democracia británica". O el liberal Grigori Yavlinski: "No todos los diputados son iguales. A unos se les puede encontrar en la biblioteca y a otros borrachos en el último tren". O, para concluir y no hacer la relación interminable, el propio Yeltsin: "Lo más importante es que no me birlen el maletín nuclear". Si llega el caso, ojalá que caiga en buenas manos.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 12 de enero de 1998