Los ciervos que corretean por el monte de El Pardo gozan de buena salud. Lo aseguró ayer el delegado de Patrimonio Nacional en el monte, Pedro Criado, tras conocer que la Dirección General de Agricultura sospecha de estos cérvidos -entre otras líneas de investigación- como el posible foco del brote de tuberculosis que condujo al matadero durante 1997 a unas 2.000 vacas lecheras. Criado aseguró que siempre se sacrifican venados "y algún caso hay de tuberculosis", pero que la proporción de animales enfermos por este motivo "nunca se ha salido de los márgenes de la normalidad".Criado admitió que veterinarios de la Comunidad se pusieron en contacto con los de la junta de distrito de Fuencarral-El Pardo para contrastar si habían detectado "algo raro" en el monte. "Les explicaron que no habían advertido nada, pero que podían pasar cuando quisieran para comprobarlo, para analizar vísceras o lo que fuera", aclaró. Y enfatizó: "Por aquí no ha venido nadie en absoluto, y es una irresponsabilidad tremenda que alguien sospeche algo y no venga de inmediato a corroborarlo".
Agricultura insiste en que los ciervos son sólo una hipótesis, porque el mal también podría haber sido extendido por vacas provenientes de otras regiones.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 14 de enero de 1998