El colegio vallecano Manuel Núnez de Arenas-Pozo del Tío Raimundo, cuyo director presentó esta semana su dimisión " por cansancio" tras la conflictividad vivida en el centro por las protestas de los padres de alumnos debido al elevado número de niños gitanos Matriculados, tiene un absemtismo escolar del 25%.Ese es uno de los datos preocupantes que padres y profesores ha denunciado en varias ocasiones a la Dirección Provincial de Educación y cuya raíz está en la, para todos, excesiva concentración" de niños gitanos de barriadas marginales como La Celsa o La Rosilla en este colegio: un 35% de sus 554 alumnos. El curso pasado fue un 32%.
Esa proporción vulnera el convenio firmado en el último trimestre de 1997 entre el Ministerio de Educación, el Ayuntamiento y la Comunidad, en el que se fija un tope del 20% de escolares de minorías étnicas y culturales en centros que, como éste, se consideran de actuación preferente por los problemas sociales y de fracaso escolar del alumnado. Lo que se pretende es evitar que estos colegios se conviertan en guetos donde los niños con menos problemas se marchan ante la elevada concentración de chavales de ambientes marginados.
El director provincial de Educación, José Antonio Palacios, explica que el tope del 20% marca una tendencia a seguir". "Pero existe un decreto que dice que cada español puede pedir plaza escolar donde quiera y no se le puede impedir que vaya a determinado colegio", asegura. "En esa zona siempre ha existido numeroso alumnado gitano, pero intentamos respetar lo acordado y en lo que va de curso no hemos matriculado más niños de minorías en ese centro", concluye.
Trasladar la ESO
Sin embargo, entre padres y profeso del Núñez de Arenas reina la desconfianza hacia el cumplimiento de los acuerdos por parte del ministerio. Los padres organizaron una huelga de asistencia de sus hijos en diciembre y el claustro ha propuesto soluciones a Educación sin obtener res: puesta. Así, plantearon que sus alumnos del primer ciclo de la ESO fueran trasladados al instituto García Morente y a la escuela profesional Primero de Mayo. También pidieron escolarizar en sus aulas a niños de Madrid Sur, un barrio cercano de clase media donde los escolares deben desplazarse a Moratalaz.
Otra de sus peticiones consiste en que también los centros privados concertados de la zona tengan la obligación de reservar el 15% de sus plazas a niños de minorías para que no sólo las escuelas públicas asuman ese cometido. Reclaman mayor control del absentismo, porque con 60 niños que faltan más de diez veces al mes y otros 78 matriculados desconocidos resulta muy difícil llevar una clase. En un aula media del centro hay un 40% de alumnos que sigue con más o niños dificultad el ritmo lectivo, un 10% que sobresale, un 25% con dificultades y otro 25% ausente.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 16 de enero de 1998