La tarde en el estadio Santiago Bernabéu comenzó con aire de fiesta. El club quiso homenajear a los jugadores que figuran en los puestos de honor de la FIFA y celebrar que el Real Madrid haya sido elegido como el mejor equipo.
Roberto Carlos saltó al terreno de juego con su trofeo que le acredita como el segundo mejor futbolista y el estadio estalló en una gran ovación. No hay duda de que el entendimiento entre la afición y el brasileño es total. Junto a él tuvieron un protagonismo especial en el acto Raúl y Suker, que, con Mijatovic, están entre los grandes del mundo.
El club quiso también que Alfredo di Stéfano representara al mejor Madrid de todos los tiempos, ése que ha sido premiado. La plantilla del Madrid rodeó al mítico jugador, que besó emocionado a todos. Di Stéfano, que cumplirá dentro de unos meses 70 años, hizo el saque de honor.
Lorenzo Sanz, desde el palco, agradeció los premios recibidos y recordó a otros grandes jugadores de la historia del madridismo. Olía a siesta en el Bernabéu, al menos en los prolegómenos. Pero alguien recordó entonces, una vez más, a Fabio Capello, quien llegó a tener algún que otro encontronazo con la directiva por realizar estos festejos antes de los partidos. Capello estaba convencido de que traían mala suerte.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 19 de enero de 1998