Las podas tradicionales, realizadas con criterios frutales, no indicados para los árboles de ciudad, han sido la sentencia de muerte para 7.000 de los 210.000 árboles que hay en la capital, según el director de Parques y Jardines de Madrid, Santiago Romero. El Ayuntamiento eliminará en dos años estos 7.000 árboles, viejos o enfermos, que suponen un peligro potencial, aunque no inminente, para la población y que en su mayoría están en la zona centro. Esta tarea de saneamiento del arbolado urbano se inscribe dentro de un proyecto de catalogación, inventariado, diagnóstico y corrección de enfermedades de las especies arbóreas, dotado con un presupuesto de 500 millones de pesetas, aportadas en un 80% por la Unión Europea.
Los árboles serán sustituidos paulatinamente por otros pertenecientes a especies que se adapten al clima, crezcan con rapidez y resistan la contaminación.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 22 de enero de 1998