La comisión de Investigación, Desarrollo Tecnológico y Energía del Parlamento Europeo propondrá al pleno de la cámara comunitaria que impulse un proyecto de trasvase de aguas del Ródano al Ebro. Es un informe de iniciativa, con valor político pero no jurídico, que pretende desarrollar una política hidráulica comunitaria con el objetivo primordial de aprovechar los excedentes de lluvia de la Europa del norte para acabar con las terribles sequías que tradicionalmente se producen en la península Ibérica.El autor del informe, el socialista español Juan de Dios Izquierdo Collado, admite que es un tema "políticamente muy delicado" y que cualquier decisión sobre esa materia debería tomarse siempre por consenso de los Estados miembros de la Unión Europea. Manchego de origen, Izquierdo conoce bien las polémicas que originan los trasvases, como la que hace unos meses enfrentó a las comunidades autonómicas de Murcia y Castilla-La Mancha.
A su juicio, Francia no se opondría a un eventual trasvase Ródano-Ebro siempre que el agua utilizada se destinase al consumo urbano, turístico o industrial. "Si se tratara de agua para uso agrícola requeriría una negociación más sutil, pero siempre se puede llegar a un acuerdo a pesar de que Francia teme la gran competencia que le hace la agricultura española", afirma.
La iniciativa del Parlamento Europeo ha originado ya una agria polémica: en Austria, donde el Partido Liberal (extrema derecha nacionalista) ha denunciado a "los europeos que quieren llevarse al sur el agua austríaca de los Alpes".
La propuesta de Izquierdo se inspira en un proyecto ya en marcha que quiere llevar agua desde Montpellier hasta Barcelona a razón de 900 millones de metros cúbicos anuales.
Pero el proyecto del Parlamento quiere ser más ambicioso y conectar el Ródano con la zona alta del Ebro, para luego almacenar y repartir el agua por la Península. No sería una obra de carácter faraónico, ya que bastaría con construir un viaducto de 400 kilómetros que conectase el Ebro con el canal del Midi, que a su vez está conectado con el Ródano. El caudal utilizado por la obra nunca superaría el 1% o el 2% de las aguas que fluyen por este río, que desemboca en el Mediterráneo francés.
"Lo más importante en la actualidad es convencer a la Comisión Europea de que no sólo se ha de preocupar de la calidad de las aguas, como hace ahora, sino también de la cantidad de agua de que disponen los europeos", subraya el diputado socialista.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 23 de enero de 1998