Miguel Ángel Cortés evitó ayer en varias ocasiones dar su respaldo al gerente del Teatro Real, Juan Cambreleng, tras la polémica por la programación y los presupuestos del coliseo para la temporada 1998-1999. Pese a que el secretario de Estado de Cultura negó la existencia de irregularidades, no tuvo ni una frase de cortesía hacia la gestión de Cambreleng. A juicio de Cortés, "no se puede hablar de irregularidades porque no hay todavía un compromiso de programación y de presupuestos para este año".
MÁS INFORMACIÓN
¿Cuenta Cambreleng con su apoyo? ¿Está el Ministerio de Educación y Cultura satisfecho con la gestión del gerente? ¿Hay malestar en el patronato del Teatro Real? Ante este tipo de preguntas planteadas de modo reiterado ayer por los periodistas Cortés respondió con evasivas o con largas cambiadas. "No es el momento para responder" o "lo que me interesa ahora es desmentir la existencia de irregularidades" dieron el tono de las contestaciones de Cortés, secretario de Estado de Cultura y presidente de la comisión ejecutiva del Patronato de la Fundación Teatro Lírico. Cambreleng declinó ayer hacer comentarios tras la conferencia de prensa.Cortés convocó ayer una reunión extraordinaria de la citada comisión ejecutiva tras las informaciones de este periódico aparecidas durante el fin de semana que desvelaban irregularidades en las contrataciones previstas para la próxima temporada. En el fondo de estas anomalías aparecen previsiones de gasto en la contratación de espectáculos muy por encima de sus costes habituales. Entre estas irregularidades destacaba un montaje del American Ballet, que estaba presupuestado en casi 100 millones más de lo que cuesta traer a Madrid a la compañía, de 169 a 267 millones, en una operación tramitada a través de la agente Pilar de Yzaguirre. Un hijo de esta agente es jefe de taquillas en el Real.
El secretario de Estado insistió en que el Teatro Real no tiene ningún agente en exclusiva, al tiempo que indicó que Cambreleng había facilitado ayer información sobre cifras y montajes para el ciclo 1998-1999. Cortés agregó que la programación no estaría aprobada hasta dentro de unos días, pero admitió que algunos criterios diseñados por Cambreleng no coincidían con los objetivos del Teatro Real. "Entre otras cosas", comentó Cortés, "los estatutos nos obligan a incluir piezas, directores o escenógrafos españoles y la propuesta de Cambreleng no tenía eso previsto".
Cortés reconoció que la planificación a largo plazo no se cumple en el Real. El secretario de Estado atribuyó los retrasos a la necesidad de abrir el teatro el pasado 11 de octubre. Cortés confirmó que Esperanza Aguirre había sido avisada de las anomalías en varias ocasiones, pero matizó que la ministra le había pasado a él las peticiones de explicaciones.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 27 de enero de 1998