El Barcelona, con su derrota en Riazor, le ha dado al Madrid más tiempo para solucionar sus problemas. Oficialmente no hay crisis, pero el manual de los directivos para los malos tiempos se ha puesto en marcha. Lorenzo Sanz se reunió ayer con parte de su junta y José Martínez Pirri. Están alarmados por la rapidez con la que se deteriora el equipo. El Madrid no gana desde el 12 de noviembre, ha recibido 20 goles en dos meses y el vestuario está roto. Panucci ha descubierto, con su actitud en Anoeta, que aunque los jugadores hablen de unión hay nervios y diferencias.Los emisarios del club sondean el mercado, en busca de un recambio para el vestuario por si llega un nuevo tropiezo. Jupp Heynckes vive al día. Ahora tiene otra reválida, el lunes ante el Valencia. Sanz quiere que el público le ayúde a dictar sentencia.
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Los jugadores, mientras, se esfuerzan en vender optimismo. Ayer le tocó a Roberto Carlos: "Aunque perdimos estoy feliz. Llevo aquí año y medio y el de Anoeta ha sido el mejor partido". Jupp Heynckes también habló ayer para pedir tiempo. "Hay que tener un poco más de paciencia en todos los sentidos. Tenemos que trabajar duro y esperar al final de la temporada para hacer una valoración completa". Heynckes tiene otra difícil papeleta que resolver. No le quedan más centrales en la plantilla que Fernando Sanz. De nuevo un técnico del Madrid une a su futuro la decisión de alinear o no a Sanz. El jugador presentó ayer su candidatura: "Ya no sé que hacer para jugar. Si me dicen que me tire por un barranco lo hago...".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 27 de enero de 1998