Bill Clinton, amenazado por el caso Lewinsky, pero sereno y lleno de proyectos, hizo uno de los mejores discursos de su vida el martes por la noche (madrugada de ayer en España), en su intervención sobre el estado de la Unión ante el Congreso. Le bastó resucitar su proyecto de mejorar el bienestar de los norteamericanos para que su popularidad subiera diez puntos. Clinton advirtió a Sadam Husein: "Usted no puede desafiar la voluntad del rnundo".
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 29 de enero de 1998