Pidió ayuda antes de morir. Bernardo León Cortés Castro, colombiano de 29 años, se dirigió ensangrentado a un camionero que circulaba por la carretera al vertedero municipal de la China y, siempre según las primeras versiones, le gritó: Socorro,ayúdeme, que me han pegado un tiro". Corrían las siete de la tarde en el cerro de Altamira, una inhóspita colina cercana a Mercamadrid. El camionero llamó inmediatamente a la Policía Municipal y al Samur.
Cuando los agentes y los médicos llegaron al lugar de los hechos, Bernardo León ya había fallecido. La primera inspección ocular del Grupo de Homicidios de la Policía Judicial certificó que había recibido al menos un tiro en la pierna. La hipótesis de los servicios sanitarios era que el hombre se había desangrado. De hecho, el cadáver no presentaba ningún otro signo de violencia.
El cuerpo, tras su levantamiento, fue enviado para su autopsia al Instituto Anatómico Forense. Las primeras hipótesis policiales apuntan a que el crimen pudo deberse a un ajuste de cuentas. El fallecido tenía tres, antecedentes policiales por tráfico de drogas.
"La zona donde apareció el fallecido es poco frecuentada, todavía no tenemos explicación sobre su presencia allí"', dijo una fuente cercana a la investigación. .
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 31 de enero de 1998