La fiesta musulmana del Aid El Fitr, que conmemora el término del mes del Ramadán, se ha visto nuevamente envuelta en sangre en Argelia. En las últimas 72 horas han sido 39 las personas asesinadas en diversos puntos del país. El dolor y la amargura han sustituido así al júbilo que debería generar el cumplimiento de uno de los cinco pilares del islam: el mes de ayuno. Los escenarios han vuelto a ser los mismos: las cercanías de la capital, sobre todo la región de Blida, el oeste argelino, Sig y Mascara, y la zona de Medea. Pero esta vez los terroristas no sólo han golpeado las viviendas, sino también los cementerios. La fiesta del Aid es una ocasión para recordar a los muertos y visitar las tumbas. Los terroristas escogieron poner bombas en los camposantos. Balance: una niña de cinco años y siete personas heridas en el cementerio de Sig; otro muerto en el de Uzera, cerca de Medea. En Ferruja, cerca de Blida, el balance es más atroz: 15 muertos. En Yelfa se habla de otros 13 asesinados. Los terroristas también han pagado con sus vidas. En el mismo periodo, 31 de ellos han sido abatidos por el Ejército. En relación a esto, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, ha declarado ayer en Davos (Suiza) que se han hecho progresos, pero ha pedido que se prosigan los esfuerzos internacionales ante el régimen de Liamín Zerual para que se ponga fin a las masacres de población civil. Y ha citado la reciente visita en Argelia de la troika europea, sus propios contactos con el Gobierno argelino y las discusiones que deben desarrollarse en Ginebra en el marco de la comisión de derechos humanos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 1 de febrero de 1998