Después del reciente asesinato del concejal sevillano y de su esposa, por si un crimen fuese poco, multitud de sentimientos se agolpan ante tamaño sinsentido y ante tanto horror. Sin embargo, me pregunto qué ideas pasarán por los asesinos en el momento de apretar el gatillo. Más aún, pasarán los años, y aquéllos (jóvenes?, ¿adultos?) tendrán que rendir cuentas a la justicia. Me pregunto qué les contarán a sus hijos, a sus nietos, si se puede vivir en paz consigo mismo, si habrá sosiego... qué sentirán en los últimos años de su vida. De verdad, me dan lástima.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 1 de febrero de 1998