Irak hizo público ayer un movimiento de flexibilidad ante la amenaza de una intervención militar norteamericana. Por medio de Rusia, Bagdad ha propuesto abrir a un centenar de expertos internacionales los palacios presidenciales de Sadam, cerrados hasta ahora a las inspecciones de la ONU y sospechosos de albergar armas de destrucción masiva. Mientras, Estados Unidos daba un plazo de dos semanas para que la vía diplomática resuelva la crisis.
MÁS INFORMACIÓN
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 1 de febrero de 1998