El fiscal ha presentado ante el Tribunal Supremo un recurso con el fin de que se rebaje una condena de cuatro años de prisión por torturas para tres guardias civiles, a tan sólo una de entre un mes y un día y seis meses de arresto mayor. Los agentes se hicieron cargo del presunto etarra Kepa Urra tras su detención, en Basauri en 1992, y se lo llevaron a un descampado, donde le desnudaron, le golpearon con un objeto y le arrastraron por el suelo. Según el fiscal, las violencias y amenazas que no son rigurosamente simultáneas al interrogatorio deben encuadrarse en la simple intimidación y ser castigadas con arresto mayor e inhabilitación especial.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 3 de febrero de 1998