Luis Ballesteros, quien durante cuatro años soportó un presunto intento de envenenamiento por parte de su esposa, María Ángeles Guzmán, todavía desconoce, por decisión médica, el verdadero origen de su enfermedad y el ingreso en la prisión madrileña de Carabanchel de su mujer.
Ballesteros, de 44 años, abandonó ayer la UCI y fue trasladado a la planta de medicina interna del hospital Virgen de la Salud, de Toledo. Los médicos que le atienden consideran que es pronto para que pueda asimilar lo ocurrido: María Ángeles, que le cuidaba todos los días, se encargaba de disolver en un vaso de agua cianamida, un medicamento que en grandes dosis puede causar la muerte.
Según el doctor Julián Ezquerra, director gerente del hospital, habrá que esperar entre 24 y 48 horas para que Ballesteros sea informado.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 4 de febrero de 1998